Casa del Patrimonio Arquitectónico

El edificio diseñado por Noura Al Sayeh Holtrop y Leopold Banchini Architects aborda los desafíos que suponen crear un espacio cultural y de exhibición con un enfoque más participativo de las comunidades locales.

Fotografía Dylan Perrenoud

La casa del Patrimonio Arquitectónico es un centro que alberga la colección de bocetos y dibujos del arquitecto John Yarwood, y funciona además como espacio de exposición dedicado a la arquitectura. John Yarwood vivió en Al Muharraq, entre 1983 y 1985, mientras trabajaba como jefe del Departamento de renovación urbana del Ministerio de Vivienda, y se enamoró del lugar. El abundante patrimonio arquitectónico de la ciudad le ofreció al arquitecto una excelente oportunidad para desarrollar su pasión por la exploración y la documentación.

Fotografía Dylan Perrenoud
Fotografía Dylan Perrenoud

En la actualidad, sus bocetos y dibujos a mano, al igual que sus fotografías, constituyen una de las fuentes más abundantes de documentación sobre el acervo cultural de Al Muharraq, del que desafortunadamente se ha destruido una gran parte desde la década de 1980.

Fotografía Dylan Perrenoud

El proyecto fue un encargo del Centro de Cultura e Investigación Shaikh Ebrahim, una ONG fundada en 2002 por la jequesa Mai bint Mohammed Al Khalifa. El centro ha estado siempre a la vanguardia de la conservación de las casas tradicionales de Al Muharraq, y de Baréin en general, y hasta la fecha restauró y preservó más de quince edificios tradicionales. Además del trabajo de conservación, el centro participa activamente del campo cultural de Baréin, organizando charlas semanales con intelectuales, escritores, poetas y periodistas de todo el mundo árabe.

Plantas

El terreno elegido para el proyecto fue una parcela de tierra angosta y vacía, adyacente a la Casa del Patrimonio de la Prensa Abdullah Al Zayed, otro edificio que formaba parte del Centro Shaikh Ebrahim y que había sido restaurado anteriormente.

Posibilidades de apropiación del espacio

En un principio, se consideró reconstruir una casa a la manera tradicional, pero tras conversar con los arquitectos Noura Al Sayeh Holtrop y Leopold Banchini, se decidió construir un proyecto que fuera representativo a través de su expresión arquitectónica contemporánea, y no mediante la reconstrucción de lo antiguo con materiales nuevos.

Fotografía Dylan Perrenoud

El edificio constituye una expresión intrínseca de la condición urbana de la parcela, y ofrece una vista de rayos X de la forma de la ciudad, revelando las distintas etapas de construcción que la atravesaron. Está construido en hormigón armado a partir de dos vigas que se extienden a lo largo de los 26 metros de la parcela, articulando ambos lados de la calle. El hormigón se yuxtapone con los demás materiales de los edificios de la ciudad: la piedra coral y sus escombros, además de las paredes de bloques que se han preservado en su estado natural. Las paredes existentes fueron pintadas con una fina capa de cal que las unifica con el resto de las paredes de los edificios adyacentes, conservando la expresión material de cada uno, creando un espacio coherente al interior del edificio. El blanco de cal corresponde a la última capa que se aplicaba tradicionalmente a las paredes de yeso. La estructura de hormigón está aislada térmicamente, al tiempo que el espacio interior se encuentra protegido de la luz solar directa, reduciendo de este modo la necesidad de refrigeración. Durante los meses más cálidos, las puertas plegables se mantienen cerradas y el edificio permanece térmicamente aislado del calor. En los meses fríos, las ventanas se mantienen abiertas y el edificio puede ventilarse transversalmente de forma natural.

Cortes transversales

La fachada interior de vidrio plegable fue realizada por un pequeño taller local que soldó manualmente todo el armazón de acero. El ritmo de las pequeñas ventanas plegables se corresponde con las medidas (de 0,9 m a 1,10 m) que se encuentran en los edificios de piedra de coral tradicionales de Al Muharraq, y que se definen por el ancho de las losas de piedra usadas como relleno entre las columnas de piedra. En este sentido, los materiales, aunque de carácter contemporáneo, se vinculan de manera intrínseca con las proporciones y dimensiones de los edificios tradicionales de la ciudad. La delicadeza de la fachada interna contrasta con el gesto audaz de la estructura principal de hormigón de la ciudad, que a su vez se relaciona con la escala urbana, más específicamente con la extensión de un típico bloque urbano.

Corte longitudinal

Los documentos del archivo de John Yarwood están exhibidos y conservados en un entrepiso, junto a una pequeña biblioteca de arquitectura, a la altura de la viga de hormigón protegida de la luz solar directa.

Las fachadas principales cuentan con dos portones que se elevan a la altura de la viga y abren el espacio de exposición hacia la calle, transformando el edificio en un pasaje público.

Vistas

A través de su concepción arquitectónica, el proyecto aborda los desafíos que suponen crear un espacio cultural y de exhibición con un enfoque más participativo de las comunidades locales. Al ofrecer un espacio que pueda abrirse completamente hacia las calles, en un barrio que alberga a distintas comunidades, a menudo excluidas de los eventos culturales, el proyecto intenta ofrecer una tipología de exhibición más inclusiva. La Casa, que se inserta cuidadosamente dentro de una trama urbana ajustada, conservando además el estado “original” de las paredes internas del edificio adyacente, logra congelar una condición urbana que suele ser transitoria dentro del rápido ritmo de desarrollo de una ciudad. Además, ofrece un breve descanso en la masa del tejido urbano a través de un espacio de silencio abierto.

Fotografía Dylan Perrenoud
Fotografía Dylan Perrenoud

Como uno de los pocos espacios dedicados a la exposición y el debate de la arquitectura, el proyecto ha sido muy bien recibido, y visitado tanto por la comunidad local como por profesionales y estudiantes de arquitectura. Asimismo, los arquitectos participaron en la programación de las exposiciones y las charlas, y se mostraron muy agradecidos por la oportunidad de programar el espacio en la forma en que se deseaba utilizarlo: la exposición inaugural presentó bosquejos de las casas de John Yarwood que han sido demolidas; la segunda muestra estuvo centrada en el Falaj, los sistemas de aguas del Golfo y la tercera, llamada “Casting and Cutting”, estuvo a cargo de la oficina de Anne Holtrop.

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