El edificio de vivienda está ubicado en el barrio de Caballito, una zona donde conviven construcciones de densidades altas con las preexistencias de un tejido urbano poco denso. Además, se encuentra a menos de cuatro cuadras del Parque Centenario, uno de los espacios urbanos más importantes que tiene la Ciudad de Buenos Aires, y que limita con los barrios de Almagro y Villa Crespo.
La presencia de vegetación en la calle, compuesta por especies de gran magnitud y bien mantenidas, acompaña el desarrollo del edificio pequeño y esbelto. La cercanía con tres importantes vías de circulación (Avenida Díaz Vélez, Avenida Ángel Gallardo y Avenida Dr. Honorio Pueyrredón), permite que sus residentes accedan a una gran variedad de comercios y servicios.
El terreno, completamente atípico en su forma, sin ángulos rectos y de dimensiones reducidas, presentaba un gran condicionante: las tipologías linderas. A la izquierda un edificio de ocho pisos, de carácter más contemporáneo, y a la derecha un conjunto de casas adosadas de principios de siglo XX, que no superan las dos plantas de altura.
Por ello, el desafío que se planteó Tovo Sarmiento desde el comienzo fue llevar a cabo el proyecto de un edificio que, a partir de su forma, diera una respuesta contextual adecuada, tomando estas condiciones como oportunidades proyectuales, para integrarse al entorno sin perder densidad.
Para el diseño se tuvieron en cuenta los patios adyacentes de los vecinos, para unificarlos con los propios y duplicar la ventilación y el asoleamiento. Asimismo, se aprovechó la buena orientación del frente del solar y, sobre todo, las amplias vistas que se lograban hacia el extremo oeste.
Por otra parte, se construyeron una serie de amplias terrazas hacia uno de los lados, que complementa las unidades y desdibuja la relación interior-exterior. Estos espacios brindan luz natural, ventilación, y se les puede dar diversos usos, dependiendo de las necesidades de cada habitante.
El edificio cuenta con unidades simples y en dúplex. Las plantas tipo se articulan a partir de la disposición del equipamiento de la cocina y los armarios. Los servicios, las circulaciones generales y los núcleos sanitarios se apoyan sobre la medianera trasera, separados por un patio. Esto permite ventilar e iluminar naturalmente todos los ambientes.
Los espacios para las salas de estar son amplios y flexibles, lo que permite configurarlos de distintas formas. En su mayoría, las fachadas se diseñaron en vidrio para aprovechar al máximo la luz natural y las vistas. Además, tratándose de paños corredizos, permiten una mejor regulación de la ventilación interna.
